Los unicornios, más que bellos y majestuosos, eran inteligentes y habían logrado desarrollar una sociedad culta y educada que lograba permitir momentos de ocio…

Sin embargo, el lenguaje usado por los unicornios llega a ser muy complicado y en varias ocasiones puede llegar a causar malentendidos.

Por estas y varias otras razones nosotros “Si se puede” consideramos el Lincornium como el nuevo lenguaje unicornio, un lenguaje universal que es fácil de entender y de jugar.

Los unicornios de todo el mundo están esperando a unirse al Lincornium, para llegar a dónde sus ídolos están. Ven y entrena con nosotros en la aldea “Pumikuchi” los utensilios como Magicae y Pila se encuentran aquí, así no tardes más y ven a postularte.

No era la primera, segunda o tercera vez que escuchaba esa propaganda que llevaba décadas circulando, ya no saltaba de alegría o rogaba a sus padres por asistir a esa, la única academia de Lincornium, de la provincia. Esta, siempre aparecía a finales de la época de cosecha para poder reclutar con más facilidad, se hacía en la mitad del coliseo que se llenaba con velocidad y decían lo mismo de cada año para luego hacer una demostración con actores que planean meticulosamente un partido emocionante.

¿Cómo lo sabía él? Después de tantos años yendo, se dio cuenta de las ligeras señas que daban los capitanes para indicar cómo debían actuar los demás.

Mientras trataba de pasar por en medio del tumulto; escuchaba como la Pila rebotaba por todo el coliseo. Cada rebote que escuchaba, hacía que a su memoria regresaran los recuerdos de su juego infantil de hace tantos años, que en vez de incluir una Pila incluía botellas y tapas. Recordaba cómo intentaba con sus amigos lanzar estos objetos por el cielo como lo hacían los profesionales, rebotarlos contra las paredes y tratar de encestarlos en el aro que hacían en algunos viejos robles. La nostalgia se pegaba de tal manera que sentía el roce de los objetos en su piel, ansiando volver a jugar alguna vez.

Más, sin embargo, no había manera de cumplir aquel sueño, él lo sabía, por lo que regresó después de mucho esfuerzo a su hogar. Frente a él se encontraba un pasto muy verde y cantidad de árboles que daban sombra para tomar una siesta cómoda mientras esperaba a su familia para poder comer al mediodía.

A paso elegante, el joven unicornio tomó lugar bajo un árbol de guayaba y se dispuso a descansar un rato hasta que volviera su familia, no sin sentir aquella incomodidad en su pecho que la mayoría de veces venía acompañada con un par de lágrimas.

No fue que escuchará voces, tampoco que la luz le estuviera dando, Re'em había despertado por una fruta madura que se dignó a rebotar en su cabeza. Él, exaltado, lo descubrió unos minutos después de pasar el susto inicial que le había dado el hecho.

Pero tal parecía que la guayaba no había sido la del capricho de despertarlo, pues al lado suyo varios ponis hablaban emocionados sobre una supuesta novedad. Re'em al vislumbrar el sol, se dio cuenta de que estaba en su punto más alto, por lo que dedujo que aún era bastante temprano como para que su familia llegará, así que decidió ir a ver qué podría estar pasando en el centro de la aldea para distraerse por un rato más.

Al llegar, no solo vio mucha gente reunida, sino que reconoció a un poni, ya no tan poni, al que no veía desde hacía casi una década, emocionado se acercó a este para saludar, pero gran fue su sorpresa cuando en vez de escuchar un, “Bien, ¿Y tú?”, escucho un “Rápido, te estaba buscando a ti, cámbiate nos vemos luego” para luego ser tirado por dos bellas unicornios que lo dejaron en un salón improvisado.

No comprendía nada, pero vio a varios vecinos ahí, con su Magicae puesto así que decidió hacer caso y empezar a ponerse el equipamiento. 

Quizá era demasiado obvio que jamás había hecho algo así o era posible que no fuera normal ver a aldeanos con Magicae de gran valor, por lo que las señoritas lo ayudaron a poner tanto las protecciones de las articulaciones como el casco y el protector de cuerno que solo había escuchado en relatos.

La emoción de Re'em empezaba a empapar todo su cuerpo, lo empapaba mucho más que las dudas que estaba teniendo, hasta el punto de olvidar lo que ignoraba de toda la situación para pensar en cómo jugaría por fin con una Pila de verdad.

El frío de la Magicae y el peso del casco ya no se sentían tanto al cabo de una hora, por lo que la emoción volvió a bajar a niveles normales y las dudas que permanecían en él volvieron a sonar.

Por fortuna su amigo de la infancia se dignó a aparecer antes de que esto lo abrumara, se disculpó por las prisas con las que lo saludo y prometió hablar al finalizar el evento. Luego se paró en el centro de la sala y reunió a todos los conocidos que como él aparentaban estar algo desconcertados.

“Verán, como todos aquí saben hace unos cuantos años me fui a una ciudad principal y allí aprendí mucho, también entre a un equipo de Lincornium y mientras jugaba, ganaba juegos, sorprendiendo en más de una ocasión a mi entrenador por mi capacidad” Su amigo se tomó su tiempo para poder agitar su melena en señal de orgullo para luego retomar “En un punto me puso la tarea de reclutar jóvenes promotores y claro que pensé en mi amada aldea, así que aquí estamos…”

Cada palabra que salía de la boca de su querido amigo encendía una neurona más en el cerebro de Re'em. No podía creer la mitad de lo que estaba escuchando, pero en definitiva sabía algo. Lo iba a disfrutar porque esta podría ser la primera y última vez que tocara una Pila.

“Ya que todos me entendieron, pueden empezar a planear una estrategia antes de salir al estadio. Es importante el trabajo en equipo y la comunicación, tengan eso en cuenta”

Dicho eso, el que ahora era todo un Unicornio maduro salió de la sala improvisada a ver al otro equipo.

Poco después todos comenzaron a planear la estrategia y como estrategia de grupo juntaron las cabezas para hacer una porra, Re'em volvió a escuchar a su poni interior cuando sintió todas las cabezas juntas gritando y aspirando por la victoria, de verdad esperaba que su familia se enterara y estuviera allí afuera para luego presumirles del gran logro que era jugar Lincornium después de viejo.

Su sonrisa extendida hacía doler ya sus mejillas, pero no podía controlarlo por la emoción que sentía al estar a punto de jugar oficialmente. Eso hasta que empezaron a salir al estadio. A pesar de la emoción y los nervios que él sentía, alzó el mentón mostrando su cuerno en todo esplendor y se calmó para poder jugar con toda su capacidad.

Este era el primer juego de Licornium que tendría en verdad, y no sólo pensaba divertirse, sino que pensaba ganar.