Pandemia zombie
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Día 15 después de la pandemia zombi. A día de hoy tenemos 3 caravanas y 10 personas. En la primera caravana nos encontramos, yo, Nathan Brown, Victoria Edwards y Steven Allen. De la segunda caravana se encargan Nicole Ward, Mark, Sharon Lee y Gary. En la tercera caravana se encuentran Michel Bennet, Dorothy Smith y Jacob Shaw.
Al ser nuestra segunda semana aquí decidimos dividir nuestro grupo en 3 para no tener que pelear las posiciones, los trabajos o las provisiones que hemos ido encontrando. La primera caravana se encarga de la protección al campamento, de las misiones de rescate y de dirigir la ruta. La segunda caravana se encarga de los suplementos, de determinar qué objetos nos serán útiles y de las misiones de exploración. En cuanto a la tercera caravana ellos se encargan de la experimentación y de cuidar las caravanas cuando los demás grupos están ausentes.
Sin embargo, tengo conocimiento de que los otros grupos se están interesando en la experimentación, personas como Victoria y Nicole han empezado a investigar por su cuenta los fenómenos zombificos; hasta el momento Nicole es la que lleva una racha de descubrimientos magníficos, lamentablemente yo sé que aquellos descubrimientos no son suyos, pues hace unas dos noches descubrí que ella entra en la caravana tres, lee la bitácora de laboratorio que ha escrito Michel y recita lo ahí documentado. La noche que lo descubrí se lo comente a Michel, quien al parecer ya sabia de este robo descarado, él me dijo que a pesar de que sus conocimientos llegaban a ser bastante útiles estos no bastaban para adquirir el perdón de las otras caravanas y que esto haría que sus descubrimientos fueran tomados con burla, por lo que él prefería que el robo de Nicole quedara entre los dos.
Volví a salirme del tema, no hablar de todo lo que está pasando en mi cabeza me empieza a estresar y comenzó a hablar sin discreción, no se me debe olvidar que este es un diario de supervivencia.
Volviendo al tema, tenemos los suplementos suficientes para sobrevivir dos semanas enteras, hoy no sé desplegó ninguna misión, puesto que decidimos tomarnos el día libre para liberarnos de los malos pensamientos, nos quedan balas para 5 días para los revólveres y 7 días para las escopetas, no hemos encontrado a ningún sobreviviente hoy y no se ha perdido a nadie, fin del registro.
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Me levanté de la roca en la que estaba sentado y decidí ir a donde se estaba agrupando la gente al rededor de Nicole, como se estaba haciendo costumbre en las tardes. Ella empezó a hablar de un progreso en su supuesta investigación, le prestaba poca atención debido a que la información que decía yo ya la sabia por adelantado así que no fue tan difícil darme cuenta de que ella estaba dejando de recitar las notas de Michel e incluyendo su toque propio, no tenía claro de sí eso afectaría o no en la transmisión de sus conocimientos, aunque eso no podía importarme menos.
Empecé a escuchar murmullos una vez ella terminó de hablar, voces que criticaban el “vago” trabajo de la caravana tres que tenía los materiales necesarios, frente al asombroso progreso de Nicole que solo contaba con las sobras de los artículos de laboratorio, todos abogaban con quitarle el equipamiento al uno para dárselo a la otra, de manera que Nicole pudiera experimentar libremente: frente a esos comentarios, Nicole defendía a la caravana tres con el único propósito de seguir con la farsa que había montado y la gente era timada con su falsa humildad.
De verdad que me enfermaba la hipocresía y el descaro que se estaba confabulando enfrente de mí, por lo tanto, decidí separarme del grupo que charlaba animadamente para dirigirme al laboratorio reducido que se encontraba instalado en la caravana tres.
-Ey, ¿qué tal?, ¿si escuchaste el gran discurso que acaba de dar Nicole?
-Sí, bastante interesante - me respondió una bata blanca dándome la espalda.
-Hey, no sabía que habías descubierto que los zombis repelen el sonido.
-Porque no lo repelen, Nicole exagera la información que pongo en la bitácora, lo que yo escribí es que reaccionan a las ondas de sonido, algo que cualquier animal oyente hace.
-Con razón - dejé la grabadora en el suelo y me dispuse a sentarme como solía hacer cuando iba a charlar con Michel, más, él me llamó para que me acercara.
-Nathan, te voy a mostrar algo, pero quiero que esto quede entre tú y yo, ¿de acuerdo?
-Tú no te tienes que preocupar, sabes como so…
Sin dejarme seguir Michel me tomo del brazo y lo halo para acercarme a la mesa, en ella había varios frascos y tubos de ensayo llenos de carne podrida, líquidos que no sabía que eran e incluso embarrados de lo que parecía ser tierra.
-Verás, he descubierto algo increíble, mira.
Tomo uno de los tubos sobre la mesa y me lo paso, era un dedo ennegrecido casi sin uña moviéndose. Yo puse una mirada desconcertada, era de conocimiento general que a pesar de cortarle una parte a un zombi, esta parte se seguía moviendo libremente.
El tomo otro frasco, esta vez una cajita de vidrio donde había un trozo de carne cruda de esta tarde, abrió el frasco y tomo el tubo de ensayo que estaba en mis manos, este también lo destapo, con cuidado extremo, luego tomo una pinza para sacar el dedo que se estaba retorciendo y lo sacudió sobre la carne hasta que este dejo de moverse.
Cerro los dos frascos y me paso el que contenía la carne.
-¿Y?
-Dale un momento -me comento con emoción.
Yo le miré a los ojos y volví mi mirada al frasco, por un momento pensé que la demencia nos había empezado a afectar por estar experimentando con zombis porque aquel pedazo de carne rojo se estaba retorciendo y contorsionándose.
-¿No es espectacular?, en definitiva un descubrimiento que amerita un nobel.
-¿Enloquecer?, no creo que den nobel’s por eso, si te soy sincero.
-Nathan, son parásitos diminutos, los zombis se mueven por parásitos, por esa razón es que los cadáveres están siguiendo un proceso normal de descomposición, y por eso mismo no importa a donde disparen o cuantas partes les quiten ellos se siguen moviendo.
Michel sacó un tubo negro largo y lo sacudió un poco hasta qué salió una luz morada, me lo paso y empezó a cerrar las cortinas del laboratorio.
-Mira -me señalo el vaso y mis ojos notaron unos pequeños puntos transparentes moviéndose a través de la carne y a través de prácticamente toda la habitación.
-Verás Nathan tal parece que estos parásitos son inofensivos por sí solos porque son una unidad, por lo tanto, van en grupo e invaden un cuerpo muerto para luego controlarlo y poder seguir expandiéndose.
-Pero ¿Cómo lo mueven?
-Tengo la teoría de que estos parásitos son capases de dar estímulos eléctricos que pueden llegar a imitar los estímulos nerviosos de nuestro cuerpo. Si tienen algo que les permita conectar todas sus acciones, algo como la jerarquía de las hormigas o una mente colectiva, cosa que deberían tener, pueden llegar a simular movimientos bastante naturales como vemos. Aunque lo que más importa aquí es que los zombis ya no son muertos vivientes sedientos de un hambre ilimitada, son miles de seres vivos que buscan la expansión de su especie.
-Por lo tanto, no necesitan herirnos, necesitan matarnos.
-Así es.
-Todo este tiempo hemos luchado con demasiada precaución y eso nos da una desventaja inmensa, con esta información podríamos al fin hacer nuestro camino a la victoria, muchas gracias Michel.
Di un paso atrás, dispuesto a salir corriendo para darle a todos las buenas nuevas, siempre y cuando conocieras a tu enemigo podrías derrotarlo y por fin conocíamos quien era nuestro enemigo, pero una mano me alcanzo antes de salir.
-Nathan, esto queda entre los dos, ¿recuerdas?
-Pero esta información es oro.
-Puede ser oro o puede ser mercurio, entiende que aún no tenemos la información completa y darla solo causaría muertes. Nuestro grupo es muy inestable, si les decimos que lo único que los aleja de ser zombis es la muerte, ellos irán y se enfrentarán sin medir riesgos. Mejor vamos con calma, sigue luchando a la defensiva y dame algo de tiempo para encontrar la manera de exterminarlos, en cuanto la tenga te prometo que no guardaré más información.
Considere sus palabras y como era normal en nuestras conversaciones debí admitir que tenía razón, así que prometí callarme una vez más y dedicar mis energías a acelerar la búsqueda de un spray porque para Michel, aquello era nuestra apuesta más probable.
Había pasado un mes desde que el primer zombi fue encontrado y acuarentizado, 15 días desde que el mundo había perdido la luz y el rumbo, pero hoy había revivido la esperanza. Nos recobraríamos como siempre lo hacíamos, éramos humanos, eso hacemos.
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