Te invito

Via_Liz 0 Comments

 

Una mujer afro se encontraba rondando por una plaza, caminaba a paso tranquilo con un pesar que la atormentaba.

La pobre mujer, ojerosa como estaba, abre sus párpados con rapidez cuando escucha una melodía dulce de tambores y marimbas. Esa melodía era la responsable de sus noches de insomnio llenas de ruegos y lágrimas.

“Te regalo la primera planta que en mi vida, me regaló mi hermana...

Te regalo el cofrecito que antes de morir me regaló la abuela”

Recordaba cómo bailaba esas melodías, de manera suave y amena mientras su falda iba de un lado a otro meneándose con gracia. La canción que se filtraba por sus oídos le traía nostalgia, pero algo no cuadraba lo suficiente para que su memoria la reconociera como propia.

“Te regalo la emoción que sentí al ver nacer a mi tercer hermano,

La sonrisa de mamá al verme deletrear y mis primeros pasos”

Esa no era la voz de su negro, no era una voz profunda y tranquila sino más bien chillona y jovial, esa voz que reclamaba la canción de su esposo la ponia molesta por la injusticia del robo.

Entre más líneas cantaba el muchacho, más se enojaba la matrona. Viendo directamente el escenario rodeado de mares de gente amontonada escuchando. La doña decidió dar pie a sus deseos más íntimos por el trato desigual e injusto que recibe la misma canción cantada por diferentes tonos de piel.

“Mi primer amor de infancia y mis primeros regalos,

Mi primera limusina y mi esfuerzo en Bádminton…

… Mi primer día de colegio, mi peinado, mi primer cuaderno,

Mis amigos de secundaria, mi pasado, todo eso…”

Camino hasta estar cerca del escenario, Teresa por fin había reconocido los errores que el niño estaba cometiendo, o bueno no creía que se pudieran llamar errores a la intención de adaptar la letra para que fuera imperceptible su descarado hurto.

La parte que seguía era la más complicada de cambiar, aun sin saber que iba a cantar el niño, la señora supo que no iba a permitir que la letra de su tierra fuera aún más difamada, con la sangre negra latente en sus venas tomó con fuerza su vestido decidida a subir al escenario, golpeó a unos cuantos guardias para llegar al lado del cantante, que con cara despavorida la veía, callando en seco todo el acto.

Erguida y orgullosa ella arrebató el micrófono y cantó a a capella lo que se suponía seguía en la canción mientras el bullicio seguía mudo ante su actuar.

“Te invito a vivir conmigo las lunadas que realizan en mi pueblo

Las noches de luna llena y los aguaceros cuando ya es invierno

Nuestras fiestas patronales a ver los arrullos en cada diciembre

Y juntos en año nuevo al tratar de cumplir los años que se tienen.”

Una lágrima le rodó por la mejilla mientras se arremolinaban los recuerdos, aquellos que había retenido sin la intención de sacarlos a la luz. Recordó a su esposo cantando mientras la abrazaba de la cintura, con la esperanza de algún día ser reconocido, rememoró su potente voz y su cálido amor.

Recordó a su esposo, que con dulzura le susurraba palabras dulces y le dedicaba canciones que componía para la banda en la que estaba, ese marido que le había hecho tan feliz, pero que había durado tan poco tiempo, sintió como si lo pudiera escuchar en este momento.

-Está canción no es tuya, no puedes robar cualquier obra que encuentres por la ciudad, eso es plagio y es ilegal.

Sermoneo con la intención de dejar el escenario poco después, sin embargo, por un breve momento volvió a escuchar que la música la acompañaba, apoyando que siguiera con su interpretación.

-(Con el tiempo entenderás que es amor, puro amor) -se escuchó, casi en un susurro, el acompañamiento que recordaba perfectamente a las voces de sus amigos, los compañeros de su esposo.

“Sabrás que en la madrugada voy a llenarte de amor” -respondió ella con emoción.

La música volvió y los acompañantes se determinaron a cantar su parte.

(Con el tiempo entenderás que es amor, puro amor)

“Solo para ti, solo para ti, solo para ti, yo compuse esta canción mi amor”

Este había sido el reconocimiento que esperaba dar a su esposo, claro que no había esperado que fuera ella en el escenario con una banda blanca, pero había logrado que su esposo cumpliera su sueño, con esto era probable que él se fuera en paz, eso la hacía feliz.

Quizá pudiera dormir tranquila hoy.

Link que lleva a Substack: Te invito _ Substack


0 comments: