Terrores nocturnos
Abro mis ojos de nuevo, no he logrado dormir. Ruedo por la cama imaginando escenarios e historias extraordinarias hasta que no puedo evitarlo más; decido levantarme con pereza y cansancio, arrastro mis pies dirigiéndome a la cocina para servirme un poco de agua.
Pongo el microondas a calentar mientras ciertos rugidos afónicos y desafinados empiezan a espantarme, monstruos del frío que acompañas mis desveladas.
Tomó mi pocillo y salgo del agujero negro que asemeja ser mi cocina para toparme con las imágenes de los árboles en los grandes ventanales, que, reflejados por la luz plateada de la luna juguetona, recuerdan a siluetas humanas deformes junto a mí. Ellos se apoderan del sonido helado que proviene de la cocina mientras mi mente inicia a segregar adrenalina.
Hay algo detrás de mí, siempre lo siento a pesar de que cuando giro veo únicamente la oscuridad inocua. Desconfiada, pues parezco estar bajo amenaza, elevo el volumen de mis pensamientos hasta el punto de hablar sola para que el pánico que le tengo a la oscuridad baje un poco su intensidad.
Avanzo rápido hasta llegar a mi cuarto, pongo con fiereza el pocillo en la ocupada mesita de noche, salto a mi cama donde las cobijas destendidas me cobijan con anhelo y me arropo con fuerza para sentir seguridad. A medida que mi respiración se normaliza, levanto la mirada y la paseo por el cuarto con cuidado antes de sentarme a tomar mi té.
Los ruidos y las sombras ya no me atormentaban, pues habían quedado fuera de mi habitación, cortesía de mi puerta, más mi imaginación aún encuentra alteración en el armario medio abierto y en la cortina danzante de mi dormitorio.
¿Te estás quedando sin ideas para poner el link de Substack? No te preocupes, no solo paso aquí, en Substack también me paso. 👍



0 comments: